Mi pequeño y adorado bebé, iluminaste mi corazón con ser tan parecido a tu predecesor.. tus pequeñas patitas y parecidas a las de un canguro, llenaron de risa mis días, mientras dibujaba tu pequeño cuerpo acostado en mi cuello, comenzaste a crecer y cada vez que llegabamos a casa, nos recibiste en la puerta de la casa, con tu maullido agudizado, luego te acercas a nosotros y con todo el peso de tu cuerpo te tiraste a abrazarnos. Mientras que disimuladamente comenzabas a “mamar” la ropa que tuviéramos puesta, con todo y masaje.. siempre te extrañaremos, extrañaremos ver tu hocico por la rendija de la puerta, escuchar tu agudo maullido en la ventana, sentir tu fuerte ronroneo, y al mismo tiempo tu forma de salivar por ronronear, con todo, con tu sueño de ser futbolista, con todo, siempre te extrañaremos, con todo y tu síndrome del gato destetado, mi pequeño, mi pequeño bebé, adorable, gigante.. tu gran alegría y amor siempre estarán con nosotros.. siempre lo estarán. No importa cuanto pase, siempre te tendremos en nuestro corazón.
Mi pequeño Kangu.
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